Fortaleza medieval de Muro de Roda, valle de La Fueva


"Las montañas más altas temen a los que andan despacio"

"Mas vale perder el tiempo con los amigos... que perder amigos con el tiempo...Por este dulce motivo, pierdo el tiempo contigo... porque NO quiero perderte con el tiempo, amigo"

Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por ese orden (Roger Baxter-Jones).

jueves, 13 de agosto de 2009

Grand Vignemale, 3.298 m. por la Moskowa (Agosto 2.009)


Grand Vignemale: 
Historia de una emoción, conquista de una ilusión.
Relato de la fascinante ascensión por la Ruta de la Moskowa. 


Hoy he pasado un rato con algun@s amig@s montañer@s.
Nunca faltan en nuestras conversaciones los temas de montaña, que solemos aderezar con buenas "especias", es decir que cada cual cuenta la suya añadiendo "sabor y aroma".

Es fácil y socorrido expresar un poco de humor en esas charlas, aunque como digo de vez en cuando transmitimos una pizca más de emotividad a quienes nos rodean. 

Es la sal de la vida, es la medicina para la infelicidad.
Vivir, disfrutar de lo que vives, compartirlo.

No somos familia, ni siquiera éramos amigos hasta hace poco tiempo.
Tenemos algo en común, algo cambiante y a la vez una esencia guardada en frasco pequeño.
Son montañeros y montañeras que me están regalando un mundo inmenso de sensaciones.

Pasan los momentos, cambian los enfoques, las personas, los días.
Pero no cambia la forma de ver la montaña, ni el deseo de que lo que vivimos entre por la puerta grande a formar parte de nuestra vida. Es nuestra pasión.

 La esencia de todo este gran conjunto me ha dado muchísimo más de lo que yo haya podido ofrecer. Amistad, salud, buen humor, compañía....
Pero se hace mucho más trascendente cuando viene acompañado del "aderezo".
¿porqué vivimos tantas emociones juntos haciendo montañismo? ¿nos necesitamos unos a otros para algo? ¿debemos compartir con la montaña también nuestros asuntos personales?

Quizá sea ese el secreto: vivir y descubrir poco a poco, ser pacientes y amables, no pretender entrar en lo personal si no te es ofrecido.
Quizá así aparecerá el aroma, el momento, la ilusión, la fascinación. La Esencia.

Esta tarde me han tocado una fibrilla montañera:
me han preguntado por el Vignemale, una foto que colgué hace pocos días en mi blog.
Lo de menos era el motivo de la conversación, se trataba de una simple imagen cuya perspectiva  era cuanto menos engañosa, difícil de intuir, un tanto irreal. Tanto, que casi me negaban que fuera el Vignemale.

Es como las personas, a veces nos presentan una extraña cara, un momento raro, un enfoque controvertido. Y nosotros tenemos que aguantarlas, descubrirlas, tenemos que observar pacientemente su imagen, desde otros ángulos, en otros momentos, con otra luz, y hallar en ellas la real, la cara buena, la que nos describe toda su grandeza.

Así es el Vignemale:  gigantesca montaña capaz de enamorar al Conde Russel, hasta el punto que compró esta descomunal mole al Gobierno Francés para vivir junto a ella, para descubrir todos sus rincones, para contemplar su inmensa belleza, para amarla hasta el infinito.
Una historia impresionante que me conmovió,  tanto que fuí  también conquistado y seducido, atrapado en un deseo sin límite hasta que pude hollar su cumbre.

Había alcanzado la cima. La cima me había alcanzado a mí.



Julio de 1.981. 
Acampada en El Pueyo de Jaca, Huesca, del grupo de Boys Scouts "Estrella de Poniente" de Altorricón (Huesca). 

Tuve la fortuna de pasar quince días en el Valle de Tena y realizar varias excursiones en él. La primera fué una visita al ibón de Piedrafita, a los pies de la Peña Telera. Recuerdo que, sentados junto al lago, varios miembros del grupo insistían en subir a la Peña Telera sin importarles ni el tiempo que costaría subir, ni las dificultades que pudieran encontrarse. No lo lograron por poco.
Un par de días mas tarde hicimos una nueva salida hacia el ibón de Catieras, lugar mágico en aquel momento ya que iba a pasar la noche en la montaña.
A la mañana siguiente hicimos un intento al Pico Baldairán, divisoria entre el valle de Tena y el valle del Ara. Allí, asomado al collado de Espelunz, ví por primera vez el Vignemale espléndido, maravilloso, gigantesco y conmovedor. Sentí pánico al verlo, estaba absolutamente impresionado y pensé que subir allí era una quimera, por cuanto ya sentía temblar mis piernas con solo subir a ese collado.
 A la hora del regreso no podía dejar de mirar atrás, estaba completamente magnetizado y hubiera querido llevarme a casa esa estampa para mirarla un día y otro.
Ni siquiera tenía cámara de fotos.
El valle del Ara me pareció el mismísimo Cañón del Colorado, y al Vignemale le hubiera puesto los adjetivos    que sólo se reservan a las cimas más altas y bellas de la Tierra.
Nunca se borró ya esa silueta de mi mente, y hoy 32 años después, me ha obligado a contar este relato.

Agosto de 2005
Ascensión al Pico de La Munia, por Chisagüés. 

En aquella jornada, debido al paso de un frente frío, la cresta se heló y no logramos hacer cumbre pero a cambio pude contemplar por vez primera el Glaciar del Vignemale.
Estaba descubriendo una montaña muy distinta, una silueta inconfundible que le hace identificable a una distancia descomunal.
Guardo una foto que hice esa mañana, como si fuera irrepetible.


12 y 13 de Agosto de 2009
Ascensión al Grand Vignemale 3.298 m., Cerbillona (3.247 m), Clot de la Hount (3.289 m.) y Pico Central (3.235 m.)

La cara de Verdad

Un gran cúmulo de circunstancias me estaban acercando a cumplir ese infantil sueño del Collado de Espelunz. Había estado estudiando desde meses atrás todas las vías de ascenso. Sin duda, la que más me gustaba era la del Couloir de la Moskowa, magnífico corredor solitario y agreste al que se accede desde el Valle del Río Ara (Torla).
Éste corredor fué abierto en 1838 por una expedición capitaneda por Henry Cazaux, que consiguió elevarse desde el valle de Ara por las canales de Cerbillona hasta la cima. Lo interesante de esta aventura, es que formaron parte de ella dos damas inglesas: Lady Lister, en realidad Miss Anne Lister ( soltera y con 47 años de edad ), y una amiga.

"Es el Vignemale una montaña tan bella que resulta imposible verla sin desear ascenderla. Cuando se escribe sobre Vignemale, se hace obligatoria la mención del noble y algo excéntrico pionero Henry Russell (1834 - 1909). Este extravagante lord irlandés vivió un auténtico idilio con esta montaña hace casi un siglo. Russell excavó en los flancos de Vignemale 7 grutas, una de las cuales estaba situada a pocos pasos de la cumbre, y se instaló en Vignemale para largas estancias a 3.000 m. o más. Era tal la pasión que este hombre sentía por esta montaña, que llegó a erigir una gran columna de piedras de varios metros de altura con el objeto de que Vignemale llegase a alcanzar los 3.300 m. de Altura. De poco sirvió su esfuerzo ya que poco después un rayo derrumbó la columna que tanto trabajo había costado construír, devolviendo al monte su altura original. En definitiva, Vignemale es una montaña tan cargada de historia y con tanta personalidad que desde siempre me atrajo la idea de realizar su ascensión". (Relato de Miguel Ángel Jiménez Tenorio, Ascensión al Vignemale desde Pont d'Espagne.)

ACCESO: Punto de partida en Torla ( 1.030 m ), siguiendo la carretera a Ordesa cruzamos el puente de los Navarros, tomamos la pista a la izquierda que atravesando la Garganta de los Navarros finaliza después de 6 Km. en San Nicolás de Bujaruelo (1.340 m). 

La ascensión discurre por el G.R.-11, siguiendo por la orilla derecha del río hasta que se converge con el valle de Otal. Entonces, se cambia de orilla por el puente de Oncins ( 1.390 m ), elevándonos hacia la cabaña de Ordiso ( 1.591 m ). Prosiguiendo la marcha en suave ascenso se recorren las praderas que cubren el valle de Ara, alcanzando el refugio de Cerbillonar ( 1.800 m ).
Continuamos por el fondo del valle cruzando una torrentera, momento en que abandonamos el valle de Ara para dirigirnos hacia el barranco Labaza (N.E.). Hay que ganar altura por la orilla derecha de la torrentera progesando primero por terreno herboso para superar, a continuación, una serie de graderíos. Al alcanzar la base de la muralla al pie de Montferrat ( 3.219 m ) se gira a la izquierda para entrar en una ancha canal (N.N.W.) conocido como Corredor Moskowa, flanqueado por los contrafuertes de los picos Cerbillona ( 3.246 m ) y Central ( 3.225 m ). Cuando la inclinación nos empieza a obligar a trepar será preciso desviarse a la izquierda para continuar por una pronunciada chimenea (II+) que permite enlazar con la cresta S. del Pico Cerbillona. Trepando por ella y saliéndonos después a la derecha a fin de proseguir en diagonal por una ladera pedregosa, se alcanza el Col de Lady Lister ( 3.200 m ). En nuestro caso decidimos no llegar al collado sino atacar directamente el Pico Cerbillona, desde el que podremos disfrutar de un inmenso panorama hacia el glaciar del Vignemale; descendemos por la arista hacia el collado que lo separa del Pico Clot de la Hount atravesando el glaciar hacia la vía Normal de la pirámide terminal del Gran Vignemale o Pique Longe ( 3.298 m )

La iniciativa de subir al Vignemale partió de mis amigos  Florencio y Pili, quienes estaban de vacaciones buscando alguien con quien ir a esta montaña y de paso ver la lluvia de estrellas que para estas fechas todos los años se produce. Una magnífica idea de la que me enteré justo el día anterior, inmediatamente les pedí si podía ir con ellos y cual fué mi alegría cuando me aceptaron. Poco rato después se apuntó Gerardo y así fué que los cuatro partimos hacia el Valle del Ara, en mi caso con una desmesuradísima ilusión.
Dado que me había estudiado la ruta en innumerables ocasiones, era como si me la supiese de memoria. Ninguna duda que no fuera si aguantaría el buen tiempo, por lo demás estaba inusualmente seguro y confiado de poder lograrlo.

12 de Agosto de 2009:
Aparcamiento de San Nicolás de Bujaruelo, 1.340 m.





12,30 h. - Salimos por el valle del Ara con las mochilas cargadas a tope. 




13,40 h. - Cabaña de Ordiso




Pronto veremos el macizo del Vignemale cerrando el valle, enorme. 




Seguimos andando muchos kilómetros, ganando poco a poco altitud. La senda está perfecta aunque cualquier pequeño desnivel parecía ser mucho mayor.




Una tormenta de tarde envuelve las cimas, pensamos que se nos iba a complicar pero por suerte no fué así. 




14,50 h. - Cabaña del Cerbillonar, 1.800 m. donde paramos algo más de media horita a comer un poco y descansar. 




Comenzamos la ascensión hacia la inmensa mole de roca. Atrás va quedando el valle, mientras la pendiente nos obliga a hacer un desgaste físico enorme. El sendero es muy confuso al principio pero como sólo hay que "subir", pues poco problema. Eso sí, es muy importante proveerse de agua a mitad de ascenso en una pequeña cascada: después de ella ya no hay ni gota en todo el camino. 









Últimas luces sobre el Tapou y el pico Millieu...




18,30 h. - Después de seis horas, acampamos en el Circo de Labaza, a los pies de la gigantesca marmolera del Vignemale. No hay mucho sitio, pero nos las arreglamos perfectamente.




La noche fué del todo especial: tal como Florencio y Pili programaron, pudimos observar la lluvia de estrellas espectacular desde una altitud de 2.700 m., donde la atmósfera es mucho más transparente. 
Así fue cómo hice mi primer Vivac: bajo la lluvia de estrellas, cumpliendo un sueño que tenía desde pequeño también. Que gran acierto esta ascensión. 
Floren y Pili durmieron en tienda, Gerardo y yo a la intemperie pero sin pasar frío ya que llevábamos buen saco. 


Día 13 de agosto

Nos levantamos muy pronto y a las 6,30 h. estábamos ya en marcha. 
Es muy evidente el corredor, a la derecha está la marmolera y a la izquierda separados por un arista, el Couloir de la Moskowa. 
Apenas hay nieve en esta época, lo que nos permitió ascender con rapidez evitando un par de neveros. 



Las primeras dificultades no tardan en aparecer, decidiendo trepar la roca antes que intentar esquivarla por las canales




A la izquierda, justo cuando un nevero nos corta el paso, vemos una chimenea estrecha y en la cresta una especie de roca blanca, llamada en algún blog como "aleta de tiburón".  Es la referencia que estamos en el punto clave de toda la ascensión. 




Treparemos sin dudar el corredor - chimenea, ataviados con cascos para protegernos de la caida de piedras. Casi al final del ascenso, saldremos a la arista por la derecha ya que el paso estrecho se divide en dos. 




07,35 h. - Arista del Cerbillona, impresionantes vistas al oeste amaneciendo. Picos de Argualas, Algas, Garmo Negro e Infiernos. 




Sin pensarlo un momento, ascenderemos la arista estrecha y muy aérea hacia el Collado Lady Lister, pero como vimos buen camino decidimos subir directamente al Pico Cerbillona. 





Y al llegar a la cima....




08,10 h. - Pico Cerbillona, 3.247 m. 
Delante de las narices el Glaciar, así como el Gran Vignemale. 





Bajamos a un collado...




Y nos dirigimos al pico principal, cruzando el glaciar sin necesidad de crampones (aunque nos los pusimos). 






A la izquierda, el Pico Central. A la derecha, el Cerbillona  (de donde venimos)




La ascensión a la cumbre ansiada es difícil y exigente, la recomendación de vigilar la caida de piedras es muy muy real. 





09,10 h. - PICO GRAND VIGNEMALE. 
Maravilloso día en que pudimos ascender a esta montaña mágica. 





Ahora nos dirigimos al Oeste, haremos una pequeña circular ascendiendo al pico Clot de la Hount. 




Vigilados por el pico Balaitús, el Gran Facha....




Y la preciosa imagen de la lengua glaciar. 





La cresta hacia el Clot es muy difícil y complicada, pues un par de gendarmes exigen pasos más que aéreos y puramente técnicos. 




Primero unos destrepes...




luego los gendarmes y la posterior trepada (vista hacia atrás)




Pero finalmente lo conseguimos. 
10,10 h. - Pico Clot de la Hount, 3.289 m.




Espectacular la cresta hacia la Punta Chausenque y el Pitón Carré. 






Desde el Clot descendemos la arista hacia el collado que lo separa del Cerbillona, es también muy aérea y bastante difícil aunque sin gendarmes. 




La cresta con los gendarmes, ¡¡impresionante!!




Por fin en el collado, descansando. 




Subimos de nuevo el Cerbillona, dejamos las mochilas en el collado Lady Lister y en cinco minutos llegamos al cuarto pico. 






10,55 h. - Central de Vignemale, 3.235 m.
Hacemos esta preciosa foto. 




Una impresionante mirada atrás, descubrimos el bajadón que nos queda desde el Collado Lady Lister.




Todo el Circo de Labaza desde arriba




Muy lejos aún de la "aleta de tiburón"




Mirando al Montferrat, que se nos ha quedado pendiente. 




Su marmolera es gigantesca.




Por suerte, unos mojones nos dejan ver la especie de "faja" de descenso y de ese modo evitamos volver al Cerbillona. 




Enlazando con la arista




11,30 h. - Bajando con cuidado el corredor de la Moskowa. 




Adiós, aleta de tiburón. 




12,05 h. - Hasta la próxima, circo de Labaza. Recogemos la tienda y para abajo. 









14,15 h. - En la Cabaña del Cerbillonar nos quitamos las botas un rato. Arden los pies, el descenso ha sido brutal, el desgaste casi épico. 




Los bosques del valle de Otal maravillan después de tanta piedra. 




El suelo está repleto de estos cardos. 





Cerca de casa




17,05 h. - San Nicolás deBujaruelo. 
Aún queda regresar en coche. ¡Ojo! que alguno ha pasado mucho sueño bajando. Hay que descansar lo necesario, también en el camino. 
Yo me dí un bañito en la poza bajo el puente, claro que sí. 




Espero que os haya gustado.
Fué una de las mejores ascensiones de mi vida.

Desnivel teórico: +1.360 m. (primer día). 
+777 m. (segundo día) y -2.140 m. de descenso. 
Distancia: unos 25 k.

Sin track de GPS