Fortaleza medieval de Muro de Roda, valle de La Fueva


"Las montañas más altas temen a los que andan despacio"

"Mas vale perder el tiempo con los amigos... que perder amigos con el tiempo...Por este dulce motivo, pierdo el tiempo contigo... porque NO quiero perderte con el tiempo, amigo"

Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por ese orden (Roger Baxter-Jones).

domingo, 28 de febrero de 2010

PICO ESPAÑA 2010. Mulhacén, 3.480 m. Sierra Nevada

SIERRA NEVADA - PICO MULHACÉN, 3.480 m.
La Borrasca Perfecta amenzazaba España entera, hace dos meses que no deja de nevar y el Proyecto Pico España estaba al borde de su primer tropiezo.
Partimos con este oscuro panorama hacia Granada, parece que una "ventana de buen tiempo" podía permitirnos un lujo en este crudo invierno.
Cruzar Despeñaperros es siempre especial, de repente pasas a la España del Sur, si bien esta vez el clima se asemejaba al de Asturias. Nieblas, fresco y tierra mojada.




Los olivares de Jaén son siempre preciosos.



Y los pueblos de Bubión y Capileira, colgados en la Sierra, bellísimos. Estábamos cerca ya y tomamos una pista que nos acerca al Parque Nacional.





Unos neveros impiden el paso. Es hora de estirar los músculos y colgarse la mochila.
Pero el frío y el viento te quitan las ganas.













Pronto aparece la nieve continua, al fondo se presenta un impresionante Mulhacén envuelto en una gran borrasca.





Es para sacar la lengua, el camino se hace muy pesado al tener que cruzar los barrancos con raquetas.




















Al fondo se ve el mar, tan cerca de la nieve...




Nos esforzamos un poco más, vamos siguiendo la "acequia alta" a veces invisible, pero está debajo de nuestros pies






Los últimos rayos de sol del atardecer dan un toque expléndido a la nieve










Y las dificultades que no cesan, es un barranco tras otro que alargan la ruta más y más, el esfuerzo es muy elevado.





Y el agotamiento se hace manifiesto en cuanto pisamos el Refugio de Poqueira, confusión a la llegada y casi no saber dónde dejar caer el material en uno de los mejores refugios que se pueden ver en España. ¿qué sería si no hubiese unas instalaciones tan buenas?






La noche fue ventosa y las informaciones pésimas. El guarda nos comunicaba que se esperaba un viento huracanado para mañana, esto unido a mis lumbares que no aguantaban el esfuerzo, contribuyeron a hacerme desistir del intento de cima.
El riesgo de quedarme por el camino y comprometer a la expedicion era evidente.
Menos mal que el resto fueron valientes y no se echaron atrás, estaba claro que contaba con un equipo excelente y muy humano, por ello Ricardo me consolaba y animaba cuando les despedía.




Un grupo como este no podía fallar. Estaba seguro que podían cumplir el sueño.




Marta también pagó el esfuerzo del día antes e hizo que desistiera, pues también sufría mareos y dolor de cervicales.
Nada mas partir la expedición, repuso fuerzas al calor de la lumbre.






Mientras tanto, Los Siete Magnificos del Club atacaron sin piedad al pico más alto de la península, contra la pendiente y el viento fortísimo, sufriendo las peores ráfagas y las "cuchilladas" de la nieve venteada.












El pico estaba a la vista, pero la pala final es muy inclinada y expuesta al poderoso viento huracanado.














Hace falta abrirse de piernas para mantener el equilibrio.



Y la foto de cima, por turnos y de rodillas. Una imagen inolvidable y poderosa, pues se culminaba el Mulhacén (3.480 m.) en medio de un frio y un temporal de viento como en las mejores invernales.








Por fin en el refugio, nos reencontramos todos y comimos un poco.
El Club Montisonense había pasado por Sierra Nevada...
como un auténtico Ciclón. Arrasando.





Descendiendo al coche se puso el cielo negro y muy muy feo, ahora sí sería imposible subir al pico. El Veleta se dejaba ver de vez en cuando en medio de la tempestad.



Estaba conseguido. El Mulhacén ha sido coronado, y la felicidad es muy grande.





El hotel nos permitió un descanso excelente y celebramos una cena por todo lo alto.





Orgiva es ya como nuestra casa. Y no lo olvidaremos, pienso que aquí volveremos a por más picos y más experiencias.
Felicidades.


Ricardo, Loren, Manuel, Israel, Alberto, Abel, Edgar, Marta y Santi.