Fortaleza medieval de Muro de Roda, valle de La Fueva


"Las montañas más altas temen a los que andan despacio"

"Mas vale perder el tiempo con los amigos... que perder amigos con el tiempo...Por este dulce motivo, pierdo el tiempo contigo... porque NO quiero perderte con el tiempo, amigo"

Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por ese orden (Roger Baxter-Jones).

sábado, 31 de julio de 2010

PICO ESPAÑA 2010. TORRECERREDO (2.648 m.) y MONCAYO (2.316 m.)

29, 30 y 31 de Julio de 2010
El programa PICO ESPAÑA 2010 asciende a los Picos de Europa y al Moncayo

Para conseguir la sexta cumbre del proyecto, dos montañeros del Club Montisonense (Ricardo Arnaiz y Santi Solá) viajamos el 29 de Julio hacia Asturias para ascender al pico más alto del Sistema Cantábrico, el Torre Cerredo (2.648 m.), que está situado en el Parque Nacional de los Picos de Europa, cerca del mítico Naranjo de Bulnes o Pico Uriellu.
Los preparativos comenzarían días antes buscando mapas y rutas diversas, preparando el material necesario y reconociendo la zona con las fotografías que valiosamente otras personas cuelgan en internet.

Llegamos en coche al Concejo de Cabrales, famoso por sus quesos y sidras, tierra de un envidiable paisaje de cañones, prados, bosques y ríos salmoneros. Un viaje que merecería por si solo destinarse a visitar pueblos famosos como Potes, Arenas de Cabrales, Poncebos o nuestro punto de partida, Sotres.
Esta pequeña población está enclavada justo donde el cañón del río Duje se abre y nos muestra una espléndida cordillera, llena de picachos enmarcados sobre bellísimos prados de hierba y a veces colonizados por helechos.
El último tramo en automóvil fue un polvoriento camino que nos llevaría al aparcamiento de los prados de Pandébano, donde sacamos las mochilas y nos dispusimos a tomar la vía tradicional del Refugio Uriellu. Era ya media tarde, la habitual niebla matinal hoy disipó pronto y nos dejó un sol radiante y caluroso, que invitaba a buscar una sombra donde resguardarse.
La bien señalizada senda discurre entre pequeñas casitas o bordas, alguna utilizada como refugio, y rebaños de vacas muy bien alimentadas. La ascensión pronto exige esforzarse, apenas hay sombras y solo quien se encuentre con un mínimo de fuerzas alcanzará el refugio después de un par de horas de ascensión. Parece que la gente no es muy previsora, pues encontramos numerosas personas con aspecto agotado y sediento después de pasar la tarde por estos valles.



Cruzamos en el camino barrancos muy verticales por los cuales el camino traza un corte similar a una cornisa, y un ultimo tramo con vistas al impresionante Naranjo de Bulnes siempre acompañado de escaladores




Bajo él, el Refugio nos esperaba acogedor, es un edificio moderno y con una situación muy estratégica. Cenamos y preparamos el material para el día siguiente, viendo un atardecer maravilloso con un mar de niebla que cubre el Cantábrico y que se vuelve anaranjado al ocultarse el sol. Grupos de ovejas lanudas se desplazaban corriendo de un lado a otro buscando cobijo para la noche. No se podía encontrar nada mas idílico.




Igual de hermoso fue el amanecer del día 30 de Julio, día de cima, la niebla seguía en el fondo de los valles y nosotros partimos en busca de nuestro objetivo, adelantándonos a todos los grupos que más tarde partirían del refugio.




Atravesamos el paso de Corona de Raso, que nos obligó a una corta trepada por la áspera roca caliza y nos dirigimos al collado “Horcada Arenera”.



Las vistas al Naranjo de Bulnes, con el refugio a sus pies, son únicas.





En cada barranco que pisábamos sorprendíamos a algún grupo de sarrios, que dado que avanzábamos sin hacer mucho ruido, podíamos divisar muy próximos. No dejaban de vigilar nuestros movimientos, mientras nosotros los fotografiábamos en todo su ambiente.










Estábamos rodeados de imponentes picachos aparentemente infranqueables, mirases al que mirases parecía el más alto. Escondido tras ellos, asomó al fin el Torre Cerredo, con la Torre Labrouche delante y la Torre Coello a la izquierda.




De nuevo más espectadores.





El pico Cabrones, al Noroeste del Cerredo, es imponente y dan ganas de subir a su cima.






Para la ascensión final guardamos los bastones, nos pusimos el casco y tomamos una canal pedregosa muy inclinada, que nos llevó a mitad del enorme paredón que forma esta cima. Dicha pared no resultó tan difícil como se relata en algunas guías, aunque exige atención a cada paso y utilizando las manos para apoyarse.









Mucho antes de lo previsto, divisábamos el vértice geodésico de la cima, y al pisarla vimos bajo nuestros pies que, efectivamente, estábamos por encima de toda la cordillera. Un paisaje para enmarcar, la cara sur tiene un desnivel superior a los 1000 m. hasta el fondo de los valles, y la oeste muestra la increíble verticalidad de las montañas calizas. El mar Cantábrico se asomaba entre las nubes….
El pico Cabrones destaca bellísimo y hace honor a su nombre.







Al fin en la cima, qué felicidad.

















El descenso resultó fácil, si bien llegados al refugio reponíamos agua, pues estas montañas calizas filtran toda la que llueve hacia manantiales subterráneos. Nos quedaba bajar hacia Sotres acumulando un desnivel de más de 1.700 m. en 4 horas.











Últimas vistas al Pico Uriellu (Naranjo) descendiendo hacia la Collada Pandébano.






Casas de la Terenosa






Y las vacas, bien gorditas y pacíficas.





Río Cares, fresco y bello. Para reanimarse.





Repuestos con una buena comida en Arenas de Cabrales y un baño en el fresquísimo río Cares, cogimos la autopista y nos desplazamos a Tarazona (Zaragoza) para emprender un nuevo pico, el Moncayo (2.316 m.). Cenamos a base de unas exquisitas tapas en esta población alegre y con un patrimonio arquitectónico soberbio que invita a ser visitado con mas tiempo.









Descansados del día anterior, el sábado 31 de Julio antes del amanecer estábamos ya en el Santuario de la Virgen del Moncayo, de nuevo éramos los primeros en iniciar la marcha ascendiendo por el sendero tradicional y alcanzando la cumbre del Sistema Ibérico en poco más de hora y media.









Divisamos al salir el sol la silueta del Pirineo sobre el fondo anaranjado, celebramos el pico nº 7 de PICO ESPAÑA y regresamos al Santuario muy acompañados puesto que a esas horas el Moncayo se convierte en una gran romería de personas que quieren subir a la cima. El sol apretaba, saciamos la sed en las fuentes próximas y un último esfuerzo, volver a Monzón donde nos esperaba la familia después de estos tres días tan provechosos.







De los doce picos que componen el Programa Pico España, llevamos ya siete cimas, estando próximos a cumplir el objetivo de ascender a todos los sistemas montañosos de España. Para el mes de septiembre, hemos programado la Sierra de Gredos (Pico Almanzor) y a la de Guadarrama (Pico Peñalara), ambos en el Sistema Central.


domingo, 25 de julio de 2010

Cotiella, 2.912 m.

Cotiella, 2.912 m. 25 de Julio de 2010
Una decisión de ultimísima hora, nos decidió a ir a uno de los picos más emblemáticos del Pirineo.
Esta cima se ve desde cualquier punto, es pico grandioso, altivo, largo, duro y poderoso.
Pero eso sólo lo descubres al intentar abusar de su encantadora belleza, cuando quieres poseerlo, cuando te dejas llevar por los prados de su base creyendo que ya es tuyo.
Nada de eso. El Cotiella es difícil, es esquivo, se hace de rogar y exige siempre algo a cambio: sacrificio, persistencia, y sobre todo entrega.
Así pues, si te seduce, prepárate. Como si fuera un tresmil de los grandes. Y conquístalo. Ya es tuyo.
Esta es la bienvenida del Cotiella por el Collado de Santa Isabel. Un hermoso paisaje que enamora, bosques, prados y tras nosotros el Pico de Punta Llerga.


Empezamos a subir y nos metemos encajonados entre dos moles de roca. Para ascender deberemos pasar el denominado "gradiello", en ligeras trepadas.









Una vez superado este paso, nos encontramos con un amplísimo valle, poderosamente vigilado a la izquierda por el "Movisón Gran", de 2.593 m. de altitud.



Enseguida adivinamos que esto fue un fondo marino, además riquísimo en biodiversidad.



Las simas son muy abundantes en el macizo, aunque más en la cara Este.



Y los fósiles

Una buena travesía nos lleva a cruzar el valle en descenso, luego retomamos la ladera final del Cotiella y el esfuerzo es muy alto. Roca, pedreras... para tener estas vistas.



















Ya bajando, vemos a nuestra derecha la cima conseguida.




Alguna flor de nieve.

Y el Cotiella, en todo su esplendor. Recorrimos todo este valle y se sube por el collado de la derecha, después de atravesar unas barreras rocosas. Nosotros no llegamos hasta el collado mismo, antes nos desviamos para subir (y bajar) directamente al pico, aunque es más exigente.



De bajada, vemos el Monte Perdido al fondo y el Valle de Escuain. A nuestros pies inicia el descenso por el "Gradiello".




Vemos el erizón en flor volviendo el suelo amarillo haciendo contraste con el verde bosque. Algunas manadas de sarrios escapan ante nuestra presencia.






Y la foto final, subimos por entre esas dos moles de roca.
Vaya dia más bonito y montañero. Eso sí, hay que aprovisionar agua, pues no la hay en todo el camino y es muy largo, unas 9 horas.