Viernes, 21 de Octubre de 2011
Disfrutando de un día especial.
Hace un par de días, recibimos en nuestra casa una visita muy especial: Herminia, una antigua compañera de trabajo de mi esposa Cristina, vino a pasar unos días.
De paso se trajo compañía, Carmela se apuntó para alegrarnos la semana y los cuatro estuvimos de visita por los alrededores.
Primero una tarde por Monzón, y después escapada por los alrededores.
Alquézar es un buen sitio para pasar el día sin agobios de largas carreteras, y conociendo una buena ruta decidí ponerlas a prueba en una de senderismo de calidad.
No hay duda que respondieron de diez, hay que tener en cuenta que no todo el mundo está acostumbrado a largas caminatas, y ésta sin ser excesiva sí exige un mínimo de forma física.
Pero sin duda lo mejor fué la disposición y la mente despejada de Herminia y Carmela (además de Cristina, por supuesto), que hacen que la compañía sea mucho más agradable y las pequeñas dificultades pasen desapercibidas.
Estamos en Alquézar, la Joya de la Sierra de Guara.
Partimos desde el aparcamiento superior en dirección oeste, saliendo de la población hasta encontrar un cartel señalizador a la Ermita de San Gregorio.
Aparecen numerosos buitres volando muy bajo.
Ermita de San Gregorio, muy bonita.
Santi, Cristina, Herminia y Carmela.
La senda está muy bien indicada.
Llegamos a unas primeras pasarelas, para salvar un acantilado. El paisaje agreste y salvaje se deja ya entrever.
Un hermoso puente de piedra que antiguamente canalizaba el agua nos permite salvar el barranco, vamos subiendo con fuerza y hace algo de calor.
Y llegamos a las Balsas de Basacol, hoy muy vacías debido a la sequía pero igualmente bonitas.
Seguimos el sendero y vamos de vuelta a Alquézar descendiendo y disfrutando de nuevas vistas ahora hacia el Barranco del Vero, que se abre a los ojos mostrando su intrincado cauce.
Alguna construcción rural alegra el camino.
Y llegamos a Alquézar por detrás, parece el fin de la jornada ¡¡¡pero no lo es en absoluto!!!
Ahora descendemos por unas escaleras a las llamadas "pasarelas del Vero" (señalizado) pasando junto a la fuente de Monchirigüel, de formidable construcción.
Comenzamos a recorrer las pasarelas descendiendo mucho hacia el cauce del río, el sendero es especialmente bonito y complejo, con algún pequeño paso de dificultad.
La sirga ayuda un poco.
Y llegamos al Vero, recorremos una playa de arena y gravas, llegando a un rincón....
Realmente espectacular, tenemos ante nuestros ojos un ejemplo vivo de la formación del Cañón del Vero y otros tantos de la Sierra de Guara.
Hoy baja poca agua, así que no tenemos el espectáculo del Vero crecido.
Para compensar, pues estas dos bellezas que me acompañan
¡¡¡y la fotógrafa, que no tiene desperdicio!!!
Ahora tomamos otro camino siguiendo la margen derecha del Vero, para salvar el paso subimos a esta espectacular pasarela.
Esta presa es para verla cuando baja fuerte el caudal y produce una potente cascada.
Es una antiquísima central hidroeléctrica.
Otro paso bajo la roca, ¡¡que guay!!
Y terminan las pasarelas, ahora toca subir hasta Alquézar de nuevo por una pista bastante inclinada.
Un descanso a la sombra de un olivo centenario, como muchos otros que jalonan el camino.
Y ya estamos en el pueblo. Entramos junto a la Iglesia de San Miguel, de grandes proporciones y perfecta conservación.
Nos vamos a comer en una terraza y no os cuento lo bien que nos trataron, de muestra ¡¡este era el aperitivo!! así que nos pusimos bién majos y a pasear por el pueblo que es Monumento Histórico Artístico.
No hace falta ni decirlo, basta con verlo y recorrer tranquilamente sus calles.
El Castillo y Colegiata es Monumento Histórico - Artístico Nacional desde 1.966.
Y aquí os dejo con este par de Valencianas que nos han alegrado tanto el día.
¡¡¡Chapeau!!!
Esperamos que esto se repita, por supuesto. Hay Pirineo de sobra.
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