Santialpino: Cabezo de Guara, 1.868 m. desde Pedruel

lunes, 2 de abril de 2012

Cabezo de Guara, 1.868 m. desde Pedruel

Lunes, 2 de Abril de 2012

Nuestra excursión de hoy nos dirige al pico más oriental de la Sierra de Guara. El Cabezo, ó La Cabeza de Guara, según el mapa en que se mire es la tercera cima en altitud de las tres "hermanas" que conforman la silueta de ésta maravillosa sierra separada del cordal pirenaico. Se puede ascender desde Santa Cilia de Panzano por la via normal del Tozal de Guara, también por la norte desde Used y finalmente la elegida por nosotros, por Pedruel, bello nucleo casi deshabitado cerca del mucho más conocido Rodellar.

ACCESO: De Monzón tomaremos la A-22 hasta la salida 77, pasamos por Abiego y Bierge, donde nos desviaremos hacia Rodellar. Ántes de éste pueblo, cuando entremos en Las Almunias, hay un desvío a la izquierda que por pista asfaltada cruza el barranco del Alcanadre hasta el núcleo de Pedruel.

Aparcamos cerca de la iglesia, al final del caserío. Viviendas muy antiguas contrastan junto a otras completamente reconstruidas, en piedra de la zona. La iglesia tiene buen aspecto, así como en general las pocas calles existentes.

8,40 h. - Sin indicación ninguna tomaremos al noroeste una senda muy marcada entre dos casas nuevas, enseguida salimos al monte y pasamos junto a algún muro de piedra.

Por suerte la vegetación ha sido recortada para permitir un paso cómodo, aunque parece que la jornada va a ser calurosa. Hoy me acompañan Irene y su madre Pilar.

Llegamos al collado de Lezina de Cuello, 1.178 m. para descender ligeramente a una mallata y volver a subir otra ladera llena de arbustos. Es como un nuevo valle sin que el aspecto de la vegetación cambie mucho.

10,20 h. - El primer alto en el camino es junto a ésta hermosísima encina, que proporciona una valiosa sombra al senderista.

A medida que se gana altura el paisaje se vuelve más basto y el monte más bajo, está lleno de erizón y del omnipresente boj.

10,35 h. - Llegamos al alto del pico Lacuna Alta, de 1.403 m. de altura y resurgen las siluetas del Tozal de Cubilars a la izquierda y del Cabezo de Guara a la derecha.

Mis compañeras se han adelantado y están ya en la Mallata Cuna, magnífica pradera de aspecto reseco pues las recientes lluvias aún no han hecho su efecto.

A la derecha podemos disfrutar de una de las vistas más espectaculares del día: La Sierra Lupera, y su brutal caída hacia el cañón de Gorgas Negras, una proeza inigualable de la geología.

Ahora nuestro paseo discurre cerca del borde de éste cañón y avanza hacia una nueva mallata, la Cambol.

Menudo paisaje más guay!!!!

De nuevo matorral muy alto y frondoso, verde amarillento.

Una breve ladera inclinada y saldremos a la pista aberrante del Coto de Bastarás, famoso por hechos que merecerían ser duramente sancionados. ¿Ésto es un Parque Natural?

Se nota que Irene y Pilar están pasándoselo bien, je je.

Y es que menuda jornada, que se preveía algo lluviosa y de momento sol, calor y al fondo el magnífico estrecho de Tedero, en la parte alta del Gorgas Negras. Un congosto brutal que no se distingue igual en las fotos.

Salimos de la pista donde la intuición nos dice que debemos encarar la cima del cabezo. Andamos un trecho sobre erizones sin senda, y por fin llegamos al alto del Cabezo de Guara. ¡Aúpa!

El tiempo aguanta y las nubes pasan sin estropearnos la aventurilla, así que nos sentamos un buen rato a comer.

Después, sin mochilas, nos acercamos al acantilado pasando junto a una hondonada.

Ésto es lo que queríamos ver.... La sierra Lupera y el Cañón, espléndidos.

Los pliegues casi imposibles me recuerdan al Cilindro de Marboré o al Pico Espadas.

Foto de cima....

Y para abajo, que ya hemos conseguido lo que queríamos.

Impresionante el Cabezo de Guara.

Buenas florecillas, las primeras después de la gran sequía invernal.

Narcisos blancos...

Pilar, en plena forma.

Los matorrales de erizón protegen el suelo de la erosión como ninguna otra planta. Literalmente sujetan la tierra y las piedras y bajo su espesa capa de pinchos, produciendo humus con la hojarasca, polvo y restos de su propia planta que quedan atrapados bajo el manto pinchudo. Luego, el humus acumulado a lo largo de decenios alimentará a nuevas plantas de mayor ponte, cubriendo las ásperas laderas de vegetación alta.

El boj compite por colonizar el territorio.

Y mientras bajamos conseguimos ver el Cañón de Mascún, hasta se distingue la Cuca de Bellostas.

No son menos las sabinas, en eso de sujetar la tierra y regenerar el terreno. Es posible que éstas laderas en unos años sean un gran bosque ya que las hay a miles. Su forma de cono ó pirámide también protege el suelo, da sombra y refugio a multitud de animalillos.