Santialpino: Pico Cotiella, 2.912 m. Invernal

lunes, 23 de abril de 2012

Pico Cotiella, 2.912 m. Invernal

Lunes, 23 de abril de 2012

Ascensión al Pico Cotiella desde el collado de Cullibert, via Barranco de Las Neis.

Una de las grandes jornadas de montaña que he pasado en mi vida ha sido ésta que os presento.

En ocasiones las cosas no salen como pensabas que serían, y en cambio a veces los malos días se convierten en buenos.

Hoy ha sido así, hace tiempo que le teníamos ganas al Cotiella en invernal, hace mucho que Loren me pedía una buena "cita" montañera, echaba de menos a Sergio por estas alturas, Irene llevaba meses pidiéndome una "invernal" donde la blanca nieve fuese el camino por donde andar.

¡Pues aquí estamos!

¡Es la montaña de silueta perfecta!

Castillo de Monzón y el Cotiella.

Este puente de San Jorge nos juntamos por casualidad, por supuesto echamos de menos a Jesús Zuriguel a quien no localizamos y al que le hace tantísima ilusión subir al Cotiella, así que va por tí, Jesús.

Un madrugón de los buenos, a las 5'00 h. salimos de casa y a las 7'10 h. ya teníamos las mochilas colgadas a hombros.

ACCESO: de Monzón tomaremos la N-240 hasta Barbastro, de allí por la N-123 hasta Graus, donde seguiremos por la A-139 hasta Campo, enlazando poco antes con la N-260. Solo nos queda seguir por la N-260 sentido Benasque y a pocos kilómetros tomar un desvío señalizado a la izquierda, hacia el pequeño pueblo de Viu por una estrechísima carretera. El último tramo desde este pueblo es solo apto a coches muy altos o todo-terreno, pista difícil aunque algo arreglada hasta el Collado de Cullibert (1.470 m.)

Esta ruta es muy poco conocida y supone la vía más directa a esta enorme montaña. El gran desnivel que tiene se ve compensado por la cortísima distancia, unos 7 ú 8 k. menos que por Armeña (Este) y lo mismo diríamos de la vía desde Santa Isabel y la vía Sur por el Cotielleta.

7,10 h. - Dejamos el coche cerca del refugio en buen estado, y seguimos la pista hacia el Barranco de las Neis.

En una foto de otra excursión trazo con puntos verdes la ruta que seguimos.

El barranco de Las Neis forma un enorme circo surcado por numerosos barrancos. La ruta normal sería por la derecha, subiendo a la loma que, por la Punta del Raso, subiría al pico Yali y al Cotielleta, para desde allí trazar una gran diagonal bajo la pirámide final al Collado de las Neis y de allí al Cotiella. Pero en invierno esa diagonal es muy peligrosa por las frecuentes avalanchas, y preparamos una via más directa atravesando el barranco al poco de dejar la pista. En ésta foto nos iríamos al prado de la izquierda.

A la derecha dejamos el bosque bajo el que pasa dicha "ruta normal". La erosión ha producido una espectacular cortada horadada por numerosas cuevas.

Atravesamos el pinar en la margen derecha orográfica, hay que estar muy atentos a los escasos mojones ya que las sendas se cruzan y se pierden por momentos. Cuando salimos del arbolado, nos hallaremos en este precioso barranco, que de hecho es el "paso clave" de la ruta, puesto que permite superar una barrera rocosa importante.

Detrás va quedando el bosque, el valle se ensancha...

Y el único rayo de sol que vimos esta invernal jornada, ilumina y descubre la preciosa Sierra Ferrera.

Estamos ya en faena, atravesando la segunda barranquera. Este terreno es muy amplio y permite seguir cualquiera de las lomas que tenemos enfrente, pero vamos siguiendo una ruta de GPS y está claro que la nuestra es la mejor, además hay algún mojón y trazas de sendero pisado.

A la derecha, enormes pedreras que sortearemos como podamos. También se vislumbra la loma que asciende al Yali, cargadita de nieve.

Las barranqueras aumentan su inclinación, mientras el tiempo previsto resultaba todo un fiasco y en vez de dejarnos una mañana tranquila, comienza a encapotarse.....

La bonita sierra Ferrera se pone fea, y empiezan a caer copos de nieve. Sergio pregunta hasta dónde pensamos subir...

Es momento de calzarnos los crampones, a partir de aquí comienza la hora de la verdad subiendo por los neveros más y más inclinados, por cierto de nieve bastante dura.

La pala impresiona no tanto por la inclinación, sino por lo extraordinariamente larga. Menos mal de las buenas condiciones de la nieve....

Pero no todo nos iba a salir redondo, Irene tiene un problema con los pinchos y hay que tomar medidas urgentes, Loren y Sergio consiguen arreglarselos por fin. Mientras tanto surgen muchas dudas sobre las posibilidades de hacer cima.

Seguimos a lo nuestro sin parar, el viento se hace helador aunque suave, y la niebla aparece.

10,50 h. - Llegamos a la cresta del Vacarizal, donde las vistas son.... nulas.

A medida que avanzamos nos encontramos una cerradísima niebla, y que de no llevar GPS hubiera sido imposible continuar. En algún momento la suave nevada me cegaba completamente y no distinguía entre cielo y suelo. Daba un yuyu....

Decidimos ir bastante juntos, el temporal impresiona y superamos el Pico de las Neis (2.753 m.), sin saber que estabamos en la misma cima. Son las 11,00 h.

Pasaremos un collado en medio de la "nada" y encaramos la Pala Cimera.

Desde aquí hasta el pico, la enorme ladera final fue todo un sufrimiento ya que la nevada ganó intensidad y sentimos tan cerca el pico como el miedo. Había que llegar puesto que lo teníamos en la mano, y por fin....

11,35 h. - PICO COTIELLA, 2.912 m.

¡¡Victoria!!

Los efectos del frío quedaron reflejados en el pelo, las cejas y la ropa.

No podíamos estar arriba por mucho tiempo, sólo bebimos, comimos un poco, y en 10 minutos, a bajar disparados.

12.10 h. - Pasamos de nuevo por la Punta de las Neis, en algún momento podemos ver algo del blanco panorama que nos rodea.

12,25 h. - ¡¡¡¡¡Pala Abajoooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!

14,20 h. - Entramos al fin en el bosque, hemos dejado hace rato los crampones y vamos guardando la ropa de abrigo. Ya hemos comido el bocata y empezamos a sentir una intensa euforia producto de esta pequeña hazaña que a pulso nos hemos currado.

En éste enorme pino al que abrazamos habíamos cargado nuestro ánimo de energías y ahora le devolvemos las pocas que nos han sobrado.

Por fin recuperamos el barranco del fondo, el de las Neis, que tanto hemos tocado y sufrido esta mañana.

Precioso rincón que gana belleza cuanto más abajo nos vamos.

Y el idílico collado de Cullibert, también denominado Collubert, repleto de gigantescos árboles entre los que hay pinos, abetos y hayas sobretodo. ¡Además de los magníficos prados, por supuesto!