Huevo de San Cosme
Peña de San Cosme
Senderismo Club Montisonense de Montaña.
6 de Diciembre de 2011
Éste es el lugar elegido para llevarme a la tropa del Club Montisonense a una salida de senderismo.
Un paraje excepcional y poco conocido en nuestra provincia, salvo para quienes pisan a menudo el prepirineo.
Acceso: Nos dirigiremos a la población de Angüés (antigua N-240) saliendo de la A-22 Lérida - Huesca por la salida 81. Una vez en esta población, cruzamos la N-240 en dirección a Casbas y de allí a Aguas, donde tomamos a la izquierda la carretera de Huesca y a solo 1 k. aproximadamente a nuestra derecha está la carretera que lleva al embalse de Calcón, la tomamos hasta encontrar unas edificaciones y una rotonda desde la que seguiremos por pista de tierra en buen estado hasta el cruce de caminos denominado "La Tejería" cortado al tráfico rodado por una barrera. Aparcaremos los coches allí mismo en un pequeño ensanche.
Iniciamos nuestra marcha por la pista que sigue recto al Norte, en ligera subida, y vemos a nuestra izquierda los Mallos de Ligüerri, preciosos con las primeras luces del día.
Tenemos enfrente esta magnifica mole de roca, bajo el pico Mondiniero, y la pista comienza a descender. Estamos en el paraje denominado "Llano de la Carrasca".
Al Noroeste vemos imponente el Pico Borón, que aunque no tiene mucha altitud (1.327 m.) sí es muy agreste con algun paso de trepada para poderlo subir. Un poco más cerca ya vemos el bosque y asomando el Huevo de San Cosme, a la sombra de la Peña del mismo nombre con la cortada a su izquierda, es un paisaje sobrecogedor. Nosotros andamos en un buen grupo por el camino, sin dificultad.
Aquí tenemos comandando el equipo de Monzón a Ricardo y Germán, que llevan a Javi de Barbastro con una barra (invidente), como podéis comprobar esta salida es apta a todo el mundo. De todos modos Javi es un fenomeno y le encanta cualquier actividad al aire libre.
La mole de roca bajo el Mondiniero es realmente bonita y cambia de aspecto según nos movemos.
Despues de descender un rato por la pista y cuando ya tuerce hacia el pantano, encontramos una señal que indica hacia el "Huevo", tomamos ese sendero y ascendemos entre matorral y algunos árboles a una especie de altiplano, entrando en la espesura bajo un magnífico carrascal.
Avanzaremos bajo el denso arbolado sin ver el sol y protegidos del cierzo frío que hoy arrecia con ganas, pasamos unas viejas carboneras hasta que nos damos de bruces con la mole rocosa del Huevo. Ésta es una imponente roca de 40 ó 50 metros de altura, inaccesible sin medios de escalada (que a su vez está prohibida), y que por su forma no hay mas remedio que apodarla como ya se ha hecho.
Su privilegiada situación hace que se vea su forma ovalada sólo desde los lados, y que las posiciones donde queda tapado es precisamente desde donde no parecería un huevo. ¡Qué gracia!
Con la única excepción a cuando nos encontramos en su misma base, éste es el caso.
Llevamos solo una hora de marcha y ya estamos de regreso. Es evidente que tenemos que hacer algo más, así que seguimos el track de GPS que llevamos y regresamos de nuevo por el bosquecillo.
En otras ocasiones, después de períodos largos de humedad por lluvias, los musgos crecen y cuelgan como harapos de los árboles, dándoles un aspecto "encantado". Hoy no era así.
El huevo no lo habíamos visto aún, así que salimos un poco del sendero y desde un rellano en forma de mirador tenemos un buen punto para hacer la foto de grupo.
¡Vaya Peazo Huevo!
Algo mas arriba, tenemos unas rocas de formas variopintas que a mi particularmente me encanta verlas, es una erosion muy curiosa.
Justo antes de salir del bosquecillo y descender al camino, a la derecha tenemos un sendero poco marcado que nos lleva al oeste, hacia el acantilado, divisando la Peña de San Cosme de poca ostentosidad. Nos dirigimos a ella a investigar...
A medida que nos acercamos observamos a la izquierda la brutal caida, el enorme abismo que a cada paso parece tirarnos del brazo, lo que lleva a más de un comentario. El mío, por ejemplo, comienza a ser de tono dubitativo. ¿Qué nos encontraremos? Las referencias son mínimas.
Finalmente llegamos al Paso de Nartesa, una cornisa al principio muy ancha, al final muy estrecha, equipada con una cuerda y buenos anclajes.
Adrián y Ricardo pasan primeros para comprobar si hay buen paso. No me atrevo casi a mirar, pues hay un precipicio vertical de unos 160 metros, buffff!!! justo delante de donde están en la foto.
Sin embargo, un árbol protege el punto más crítico, y pasan sin asegurarse en un "volao".
Un gran número de cabras asilvestradas habían pasado antes, asustadas por nuestro grupo (18 personas), lo que las llevó a bajar a una cornisa inferior por unos pasos inverosímiles.
Tuve que advertir al grupo que la actividad de senderismo NO incluye hacer este pico tan expuesto, por lo que quien decida pasar lo hará bajo su exclusiva responsabilidad.
Diez miembros del grupo nos decidimos a subir, nos pueden más las ganas que el miedo o la incertidumbre. El resto esperan pacientemente al sol y resguardados del viento.
Después del paso la senda disurre cerca del abismo, pero al menos muy resguardados del cierzo.
Algunas cabras se ven acorraladas y trepan por donde pueden para escapar.
¡¡¡Vaya agilidad que tienen!!!
Ricardo y Adrián siguen unos mojones hacia una cima más al oeste, los demás seguimos otros a la punta este, la "escalada" es fuerte (IIº) durante buen trecho, pero llegamos sin novedad al alto donde el viento es durísimo.
Las vistas son realmente impagables, el huevo visto desde encima con el bosque de carrascas...
El barranco del Guatizalema, donde quiero ir pronto a recorrer la "Senda del Canadá"
El Pico Borón, de formación geológica espectacular...
Descendemos de la primera cima y nos dirigimos a la principal, la Oeste.
Con los mallos de Ligüerri y Vadiello al fondo....
El Mallo de San Jorge, y a la derecha la aguja llamada "La Mitra", ambos realmente imponentes y de una belleza sin igual.
Otra vez el Borón y sus lajas de roca caliza completamente verticales.
Foto del grupo muy felices en el pico. Vaya con la Peña de San Cosme.
Comenzamos a descender, esta vez con muchísimo cuidado, un error podría ser fatal. La senda que va a las cornisas es más fácil de destrepar desde el pico situado más al oeste.
Aunque no se ve el paso, vamos de cornisa en cornisa ¡¡¡¡pensando que se va a acabar de un momento a otro!!!!
Abajo al fondo tenemos la Ermita de San Cosme.
Retomamos el Paso de Nartesa ahora con más precaución, bien agarrados a la cuerda que al menos está en buen estado.
¡Estamos Salvados!, je je.
Ha sido más fácil de lo que pensaba, aunque la sensación es de haber hecho algo grande.
Me hago una foto con Inés y David, que hoy nos han acompañado.
Volvemos felices y contentos para seguir ahora el camino hacia el pantano, a las ermitas.
Ahí tenemos el enorme paredón, la ermita y el paso arriba junto a la peña.
Entre robles y carrascas iremos descubriendo una serie de ermitas, alguna con fuente incluida, otras en mal estado.
Y la más grande y que se encuentra restaurada, está cerrada al público, con lo que nos quedaremos con las ganas de verla.
También tenemos un "esconjuradero", una pequeña ermita desde la que se "espantaban" las tormentas. Supongo que los truenos entre estos paredones deben retumbar de forma que ¡¡¡¡daría miedo atroz a quien los escuchara!!!!
Y una última vista hacia el Paso de Nartesa, he hecho una reseña aproximada del paso que hicimos.
Ya estamos de nuevo en La Tejería, solo tuvimos que regresar por el camino que viene de la presa de Vadiello. Han sido unas cuatro horas y media de trayecto, paradas incluidas.
Aquí os dejo el track de Wikiloc
Espero que os haya gustado, nosotros hemos vuelto todos y todas
¡¡¡¡encantad@s!!!!
!Te has trabajado bien la crónica, eh!
ResponderEliminarFue un día magnífico.
Un saludo para todos