Selva de Oza, Valle de Hecho. Andando con raquetas.

En la parte más occidental de los Pirineos, limitando con Francia y con Navarra se encuentra el Valle de Hecho, dentro de una comarca que ha sabido conservar tanto su naturaleza como numerosas muestras de su cultura y vida pirenaica tradicional.
Cerca de su capital (Hecho ) está la Selva de Oza, de extraordinaria belleza. Cuenta con una frondosa vegetación atlántica de hayas, pinos y abetos que da lugar a unos paisajes característicos de alta montaña;  Ascendiendo por el congosto llamado "Boca del Infierno", el valle se abre y a nuestra derecha aparece la inconfundible silueta del Castillo de Acher, montaña de un original color rojizo. Otros picos como La Peña Forca, Petrafitxa ó el Mallo de Acherito dan lugar a un panorama salvaje y agreste.

Personalmente estoy en deuda con este valle ya que lo conozco desde que era un niño, pero apenas lo he visitado tres veces. Quise desquitarme de esta extraña situación y vaya, que sí que lo he conseguido.

Acceso: de Monzón a Huesca, Sabiñánigo, Jaca y Puente La Reina. Allí cruzaremos el puente sobre el río Aragón para dirigirnos a Hecho por una buena carretera. Solo tenemos que seguir la misma para alcanzar la Selva de Oza, a unos 195 k. de Monzón. 


Hecho es espectacularmente bello y acogedor. 

Continuamos la carretera pasando junto a Siresa, pronto veremos a la derecha la nevada cima del Bisaurín. 

La principal preocupación era si estaría la carretera limpia. Tuve mucha suerte, ya que estos dias ha hecho muy mal tiempo y era probable encontrarse el valle cerrado. 

Boca del Infierno, un congosto espectacular. El caudal del río Aragón Subordán es muy alto, quizá haya caído más lluvia que nieve estos días. 

Una vez he rebasado el estrecho me encuentro el monte muy nevado....

...cada vez mas....

Las aguas del río "humean" de manera espectacular. 

Algo más adelante.... Oooohhh!!! los abetos están cubiertos de nieve!

Está todo alucinante, ¡Y yo que no sabía dónde ir a andar con raquetas!

Mires adonde mires, es todo una postal. ¡Maravilloso! Creo que estoy contemplando uno de los panoramas mas bonitos de mi vida. 

¡El Castillo de Acher!

También el Txipeta Alto, como la proa de un barco. 

Las aguas del río se ven plateadas, es alucinante. 

Gigantescos abetos cubiertos de nieve llegan a emocionar, es todo súper bonito. Tan solo un último kilómetro de la carretera estaba algo helada, pero pude aparcar sin problemas. Un grupo de vascos fueron mis compañeros durante la jornada. 

No hay necesidad de complicarse la vida para hacer una excursión. Nunca lo tuve tan claro, me basta con pasear bajo los gigantes blancos, es todo precioso. 

Los hayedos también lucen cubiertos de nieve. 

Paseando una horita (fotos, paradas...) llego a un ensanche, previo al barranco de Acherito. 

Unas hayas aisladas lucen sus siluetas sobre la nieve.

El grupo de vascos (tres chicos y tres chicas) intentarán ir al ibón de Acherito sin éxito, hay demasiada nieve y nada de huella. Yo continúo la pista que va girando al sureste hacia Aguas Tuertas.  

Curiosamente pese a ganar altura no hay exceso de nieve, se puede andar sin raquetas. Emergen las montañas nevadas como el Pico Acué (2.264 m.) a las que me gustaría subir, pero es tarde y se está nublando...

Rebasada esta haya enorme me doy la vuelta, no voy a ver mucho más así que ya está bien con el paseíto que me he dado. 

Ha hecho muy buen tiempo y he disfrutado como hacía mucho tiempo no hacía. 

Bajando se observa un grupo de hayas jóvenes que rodean a varias hayas "madres", mucho más grandes. La descendencia. 

Volviendo al coche el cielo se cierra y amenaza "ruina"

Finalizada la jornada, voy bajando antes que el deshielo haga estragos. La temperatura sube y amenaza lluvia. 

Chorrean las laderas hacia la carretera, también cae alguna piedra pequeña. 

Adiós al Congosto Boca del Infierno. 

De vuelta, parada en Siresa a visitar el monasterio, sin palabras. 

Plantitas en la pared

Casas típicas, chimeneas gigantes. 

La serpiente de Siresa, cuyo relato no os dejará indiferentes

En el Pirineo aragonés abundan las moras o bruixas o broxas, en los ibones, ríos, dólmenes, cuevas o cualquier lugar mágico. Son seres mitológicos. 
La leyenda de la serpiente del Monasterio de San Pedro de Siresa ( Siresa es cereza en aragonés, Ziresa, árbol muy abundante en los bosques mixtos de la zona) cuenta que una mora vivía en los bosques de la zona y guardaba en una cueva un gran tesoro, de valor incalculable, que había recogido a lo largo de los siglos. Un día, un pastor que andaba por la zona recogió un cáliz muy valioso, dicen que el Grial, y se lo guardó.
De vuelta a casa notó que alguien le seguía, así que aceleró el paso pensando que sería algún lobo hambriento. Andando, andando pensó que podría ser la Mora y ... corrió hasta un lugar sagrado para refugiarse. Entró en la iglesia de San Pedro de Siresa, que, como lugar sagrado estaba vetado a seres paganos como las Moras. Consiguió entrar dándole con la puerta en las narices a la Mora que, enfadada por el robo se transformó en una serpiente, dando un gran coletazo en el banco de la entrada de la Iglesia para huir enfadada de nuevo al bosque. 
Por eso, si te fijas, todavía puedes observar la marca de la cola de la serpiente en la roca de la entrada, tal y como queda reflejada en la foto.

Volveré al Valle de Hecho, a la Selva de Oza. 

Enlace al Track de GPS: Clic Aquí

Distancia: 10,67 km.  Desnivel acumulado: 210 m. 
Dificultad técnica:  Fácil (raquetas de nieve).
Tiempo: 3 horas 28 minutos

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