Martes, 3 de septiembre de 2013
Ascensión a Las Maladetas Occidentales, 6 tresmiles y una extraordinaria travesía.
Este veranito se está acabando, los días son más cortos y las ilusiones de hacer alta montaña empiezan a quedar en el cajón de "para el año que viene".
Casi todo el mundo agota sus últimos días de vacaciones marchando al monte cual si fueran el ganado trashumante, como si estuviéramos en Junio y subiéramos a buscar pasto fresco, ansiosos de coronar un buen numero de picos que dejen nuestro ego en lo más alto.
¿Qué será lo que nos mueve? ¿Qué fuerza tan grande hace que ese mundo tan duro nos llame a la puerta y nosotros la abramos?
Quizá hoy, en este relato, encontremos la respuesta.
Es Septiembre, estoy trabajando y mi cabeza da muchas vueltas porque no encuentro el día para irme con mis amigos. Tengo escasas jornadas de fiesta y mientras contemplo los blogs de montaña o las publicaciones del "maldito" facebook, descubro que están abarrotadas de fotos que todo el mundo quiere enseñar. Playa, barrancos, montaña... increíbles rutas por medio mundo entre las cuales destacaría las de Mario, recién llegado de un safari por Kenia, un mundo maravilloso que desde niño estuve soñando contemplar.
Bueno, no vamos a comernos más el coco. Hay que salir, hay que ir a alguna parte. Ciertas montañas están lejos, otras son difíciles, alguna la reservé para otro momento...
Finalmente decido ir a las Maladetas Occidentales, donde quedó algún pico pendiente hace poco. Invito a Loren e Irene, pero sólo ésta puede venir, quedan pocas horas para estudiar el recorrido de ésta aventurilla, que digo dura ascensión.
Hay que madrugar porque el día es corto, así que a las 5,30 horas arrancamos en Monzón. ¡Vaya, hoy que me tomo fiesta y aún madrugo más!
Acceso: de Monzón a Graus, Campo, Benasque y finalmente los Llanos del Hospital, concretamente el aparcamiento de "La Besurta". 114 km. de distancia, unas dos horas.
En el aparcamiento cogeremos el bus a La Besurta, billete sólo de ida ya que pretendemos hacer una de las gordas. ¡Os la cuento ahora mismo!
Este veranito se está acabando, los días son más cortos y las ilusiones de hacer alta montaña empiezan a quedar en el cajón de "para el año que viene".
Casi todo el mundo agota sus últimos días de vacaciones marchando al monte cual si fueran el ganado trashumante, como si estuviéramos en Junio y subiéramos a buscar pasto fresco, ansiosos de coronar un buen numero de picos que dejen nuestro ego en lo más alto.
¿Qué será lo que nos mueve? ¿Qué fuerza tan grande hace que ese mundo tan duro nos llame a la puerta y nosotros la abramos?
Quizá hoy, en este relato, encontremos la respuesta.
Es Septiembre, estoy trabajando y mi cabeza da muchas vueltas porque no encuentro el día para irme con mis amigos. Tengo escasas jornadas de fiesta y mientras contemplo los blogs de montaña o las publicaciones del "maldito" facebook, descubro que están abarrotadas de fotos que todo el mundo quiere enseñar. Playa, barrancos, montaña... increíbles rutas por medio mundo entre las cuales destacaría las de Mario, recién llegado de un safari por Kenia, un mundo maravilloso que desde niño estuve soñando contemplar.
Bueno, no vamos a comernos más el coco. Hay que salir, hay que ir a alguna parte. Ciertas montañas están lejos, otras son difíciles, alguna la reservé para otro momento...
Finalmente decido ir a las Maladetas Occidentales, donde quedó algún pico pendiente hace poco. Invito a Loren e Irene, pero sólo ésta puede venir, quedan pocas horas para estudiar el recorrido de ésta aventurilla, que digo dura ascensión.
Hay que madrugar porque el día es corto, así que a las 5,30 horas arrancamos en Monzón. ¡Vaya, hoy que me tomo fiesta y aún madrugo más!
Acceso: de Monzón a Graus, Campo, Benasque y finalmente los Llanos del Hospital, concretamente el aparcamiento de "La Besurta". 114 km. de distancia, unas dos horas.
En el aparcamiento cogeremos el bus a La Besurta, billete sólo de ida ya que pretendemos hacer una de las gordas. ¡Os la cuento ahora mismo!
8,20 h. - Partimos de La Besurta, 1.900 m. donde nos ha dejado el autobús.
La primera sorpresa mayúscula es que no funciona mi GPS. ¡Menos mal que el dia es radiante, y que conozco la zona por haber estado hace mes y medio! Pero no dejo de lamentarme ya que llevaba intención de reseñar esta monumental travesía.
Como otros montañeros, seguimos el sendero hacia el refugio de La Renclusa (2.140 m.) en busca de las Maladetas, parte "occidental" (yo diría septentrional, mas bien). La intención es hacer el Pico Cordier (3.254 m.) y Le Bondidier (3.185 m.), dependiendo de como vaya la jornada quizá hagamos también el Sayó. Si bien a mi solo me quedan los dos primeros por hacer, a Irene le faltan casi todos los de esa zona y tiene ganas de ascender algún tres mil para recuperar su ánimo después de que en una expedición con unas amigas, sufrieran un grave accidente a primeros de Julio.
Bueno, a la faena: ¡Ahí están nuestros picos!
La primera sorpresa mayúscula es que no funciona mi GPS. ¡Menos mal que el dia es radiante, y que conozco la zona por haber estado hace mes y medio! Pero no dejo de lamentarme ya que llevaba intención de reseñar esta monumental travesía.
Como otros montañeros, seguimos el sendero hacia el refugio de La Renclusa (2.140 m.) en busca de las Maladetas, parte "occidental" (yo diría septentrional, mas bien). La intención es hacer el Pico Cordier (3.254 m.) y Le Bondidier (3.185 m.), dependiendo de como vaya la jornada quizá hagamos también el Sayó. Si bien a mi solo me quedan los dos primeros por hacer, a Irene le faltan casi todos los de esa zona y tiene ganas de ascender algún tres mil para recuperar su ánimo después de que en una expedición con unas amigas, sufrieran un grave accidente a primeros de Julio.
Bueno, a la faena: ¡Ahí están nuestros picos!
8,50 h. - Refugio de La Renclusa, ¡¡qué solitario está!!
9,15 h. - Llanos junto al ibón de Paderna, un rincón maravilloso a tiro de piedra del refugio. ¡Y qué soledad!
Gran acumulación de piedras de la morrena de un antiguo glaciar...
En algo más de hora y media llegamos al collado de Paderna (unos 2.500 m.)
Los contrafuertes de la Punta Delmás (izda.) cierran el paso, el collado del Alba está en el centro y a su derecha la Muela del Alba y el Diente. Nos queda por delante una durilla andada por las rocas, no demasiado agradable. Es difícil acertar con el mejor paso ya que todo está sembrado de pedruscos de granito.
Unos neveros durillos nos separan del collado del Alba, a 3.087 m. de altitud. La pendiente aumenta poco a poco.
11,40 h. - Collado del Alba.
Unas breves deliberaciones y cambiamos por completo el plan de ruta. El tiempo es excelente, no hace frio ni viento así que decidimos ir a hacer la Muela y el Diente.
Para matar los miedos, no hay nada como subir a un lugar donde los pasos aéreos nunca tengan un peligro excesivo. Es un lugar perfecto, hay que trepar bastante (IIº) pero la roca ¡¡es inmejorable!!
12,15 h. - Muela del Alba, 3.118 m.
Bajamos de la Muela por donde subimos y hacemos un flanqueo por debajo en busca del collado que separa ambos picos, otra nueva trepada por buena roca (IIº de nuevo), un último paso de los de sudar alguna gotilla...
12,36 h. - Diente del Alba, 3.136 m.
Algún pasito de confianza bajando...
Magnífico dia el que hace hoy, un sol radiante y poca calor lo que equivale a una jornada ideal de montaña. Cuando regresamos del Diente, vemos delante nuestros siguientes objetivos.
Encaramos el collado entre el Sayó y el Pico Mir, atravesando un mar de piedras sin otra dificultad que la dureza del granito, dejamos las mochilas y trepamos la estrecha arista con muchas ganas de llegar arriba. ¡Vaya entrenamiento! pues parece que estemos en un cursillo de crestas, con todo tipo de pasos menos rápeles. La subida al pico Mir es un IIº descarado, más por la exposición que por dificultad ya que la roca es magnífica.
¡Al fin!
13,25 h. - Pico Mir, 3.185 m.
Bajamos al collado flanqueando un poco por la ladera oeste en vez de ir por la misma arista, desde abajo la vista del Pico Mir es imponente. ¡Vaya chulada lo que acabamos de hacer!
Desde el collado al Sayó tampoco está nada mal, varios pasos de IIº e incluso casi en la cima una trepada a una losa de IIº+. Un helicóptero nos hace una visita mientras subimos, como quien busca alguna persona que rescatar.
Después del último paso, llegamos al Pico Sayó, nada menos que 3.220 m. No hace nada de frío, pero la cabeza me empieza a doler por la altitud. ¡Son ya las 13,45 y aún queda mucho!
Ahora tenemos que seguir el cordal al sur, viendo otra "montañita" de inmensos pedrolos, de nuevo dejaremos las mochilas en el collado para ascender sin peso; cuando abandonamos la carga echamos un buen trago de agua... menos mal que llevamos buenas provisiones.
Aquí está Irene, bajando por la gravilla del Sayó...
viendo a la derecha la pedrera hacia el lago de Cregüeña y en primer término el pico Le Bondidier, que será el último que subiremos. Después enfilaremos hacia abajo para regresar por el Lago y su barranco.
Buena panorámica, sí señor. El Perdiguero a la izquierda, y la cresta de Literola hacia los Cabrioules. ¡Estamos a muchísima altitud!
14,15 h. - Pico Cordier, 3.254 m. ¡ya llevamos cinco tres miles y eso que veníamos a por dos!
Maravilloso el lago de Cregüeña
No menos imponente el pico Maladeta (Izquierda) y la cresta del Maldito (derecha) asomando en medio el Aneto. ¡Erizadísima cresta!
Podemos recrearnos en el pico, ¡pues ya hemos hecho una auténtica hazaña!
Ahora sí, bajamos de esta cresta hacia el collado, en busca de nuestra sexta cima.
Ultima mirada al este, el Glaciar de La Maladeta.
Subiendo a Le Bondidier. Primero un caos de bloques, como todos los picos anteriores.
Pronto la cresta se estrecha y hay que trepar buscando muy bien el paso. ¡Muy interesante!
Preciosa cresta, de categoría. Se pasa por la derecha, haciendo algún malabarismo. Un par de trepadas bastante majas (IIº+) y....
15,15 h. - Pico Le Bondidier, 3.185 m.
Seis tresmiles muy currados antes de un descenso de aúpa.
Salimos del cresterío en busca del lago. Antes pasaremos junto al verde ibonet de La Maladeta donde ya podremos reponer agua en la cantimplora.
Menuda cresta acabamos de pasar. Algunas flores entre las piedras asoman suavizando su dura superficie.
Anda que para dura, la cresta del pico de La Rimaya. Ufff!!! ¡¡que cresterío!!
Bajando de Le Bondidier vemos un pincho junto al cual pasamos y que desde arriba no se ve igual de punchudo
De nuevo Cresta del Pico de La Rimaya, asusta solo verla. Es un paraje tremendamente duro, agreste, solitario y vertical.
Asomados a una ladera inmensa de granito creemos que estamos ya en el Lago de Cregüeña... y en realidad nos espera una brutal bajada por las losas inmensas y cada vez más verticales del áspero granito. Finalmente encontramos el paso, casi de casualidad, para bajar hasta el agua.
17,10 h. - Lago de Cregüeña, el más grande del Pirineo Aragonés, y sin represar.
Sin dudarlo me tiré a las heladas aguas, y salí de ellas a la misma velocidad que entré. ¡Qué barbaridad!
El Pico Maldito nos regala una panorámica de auténtica postal. Descansamos, comemos al fin el bocadillo y nos disponemos a regresar al valle ya muy cansados del enorme esfuerzo.
Una casita con terraza vistas al lago...
Debe ser de esta marmota.
Se acaban ya los malabarismos
Dura, durísima la bajada. el agua corre por todas partes...
Aparecen los árboles y un campo de rododendros...
Comemos arándanos silvestres (buenísimos) y también frambuesas.
Cae el atardecer en el valle y todo brilla
Valle de Cregüeña
Anocheciendo, llegamos al bosque de inmensos abetos. Saco unas fotos a los Abedules junto al río.
20,25 h. - Al fin llegamos al valle (Plan de Senarta, 1.480 m.) donde se pueden ver los efectos de la riada de Junio.
Nos queda una larguísima andada hasta los Llanos del Hospital, primero por pista y luego al hacerse de noche preferimos seguir la carretera. A las 21,40 h. llegamos al coche, exhaustos.
Sin duda la de hoy ha resultado una de las travesías más bonitas y duras que hemos hecho.
13 horas y 20 minutos de pateo recorriendo un mar de montañas y valles, un vasto mundo de paisajes inmensos que solo están al alcance de quien ha decidido que, éstas montañas, hay mucho por andar y ver.
Hemos descubierto de lo que somos capaces, de lo que podemos conseguir. Un recorrido grandioso que reviviremos durante largo tiempo al recordar esas imágenes que se nos han grabado en la retina cual si nuestros ojos fueran el negativo de una cámara.
Irene ha vuelto muy contenta pues está muy cerca ya de llegar a su tresmil nº 100, además ha recuperado mucha confianza después de varios meses de sufrimientos y miedos; y caramba, ¡ha hecho seis tresmilazos!
Espero disfrutéis de este relato, y que podáis vivir alguna jornada como ésta, tan sacrificada como generosa en recuerdos y vivencias montañeras.
¡Hasta la próxima!
Enlace al track de GPS: Clic Aquí
Distancia: 20,97 km. Finaliza en el punto de partida (circular) No
Desnivel acumulado, subiendo: 1.898 m bajando: 2.061 m
Altitud mínima: 1.475 m., máxima 3.254 m.
Dificultad técnica: Difícil
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Pedazo de travesía, de actividad y de paliza.
ResponderEliminarUn día fantástico sin lugar a dudas. En cuanto acabe con el macizo de Monte Perdido me pongo con toda esa zona y me apunto esta ruta brutal.
Enhorabuena